Gracias, Marisa, por cruzarte en nuestras vidas. Después de 11 años de sufrimiento intentando ser padres, nos recomendaron el Instituto Marqués, donde me aconsejaron hacer una donación de óvulos. Tras hacer el tratamiento sacaron 5 embriones. Al ser analizados los cromosomas, vieron que no eran buenos. Esto me lo dijeron el día que me tenían que hacer la transferencia; en ese momento se nos cayó el mundo encima. Entonces, la doctora nos miró y nos dijo que, si queríamos, tenía un embrión que podría ser para nosotros en ese mismo momento. Yo miré a mi marido y le dijimos que nuestro objetivo era ser padres y que nos daba igual que fuese de donante por las dos partes. En ese mismo momento me lo implantaron; la espera fue una tortura, pero por fin positiva. Ese día fue el más feliz de nuestras vidas. Ahora estoy de 5 meses, y no os podéis imaginar lo que me ha cambiado la vida y aún no está con nosotros. Con esto quiero que veáis la gran humanidad de este equipo, y que ella fue nuestro ángel.