Primer estudio de la fertilidad masculina en la provincia de Barcelona

El semen de los barceloneses, entre los peores del mundo:

  • La calidad del semen aumenta con las eyaculaciones.
  • El tabaco y las drogas no comportan aparentemente peor calidad de semen.
  • El estrés reduce el número de espermatozoides.
  • Queda en entredicho la influencia de los hábitos de vida tradicionalmente asociados a la esterilidad.

Sólo el 34, 4 % de los barceloneses presenta un semen considerado ‘normal’ por la OMS, según el estudio sobre calidad de semen realizado por Instituto Marquès en Barcelona, que indica que el 65,6% de los varones de esta provincia no cumplen los criterios de normalidad de la OMS en cuanto a número o a movilidad de los espermatozoides, mientras que en el caso de los coruñeses, un 59 % presenta un semen considerado normal por la OMS.

Se trata del estudio más completo sobre calidad del semen realizado entre la población general, elaborado a lo largo de los últimos doce meses por los miembros del Servicio de Esterilidad del Institut Marquès, bajo los auspicios de la Asociación Española de Andrología, la Sociedad Española de Fertilidad y la Asociación de Ayuda a la Fertilidad Genera.

El estudio se ha realizado a partir de 1005 muestras de semen de varones con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años, que han permitido manejar 105. 525 datos de interés tanto médico como sociológico. El objetivo era analizar las características del semen de los varones españoles partiendo de las poblaciones de Barcelona y La Coruña, comparar los resultados con los de otros países y otras provincias e intentar establecer la implicación medio ambiental y de hábitos de vida.

Principales conclusiones del estudio

Sólo el 34, 4 % de los barceloneses tienen un semen considerado ‘normal’ por la OMS.

El 65,6% de los varones no cumplen los criterios de normalidad de la OMS en cuanto a número o a movilidad de los espermatozoides. Esto no quiere decir de ninguna forma que sean estériles, pero sí podemos hablar de una ‘subfertilidad’ generalizada en la población analizada. Podría traducirse en que su pareja tardará más tiempo en quedarse embarazada o que una proporción cada vez mayor de varones necesitará ayuda médica para tener hijos.
Hay que recordar que dentro de esta cifras no se encuentran incluidos aquellos varones que declararon estar buscando un embarazo, que quedaron excluidos de la muestra para evitar que el estudio resultara sesgado. Presentan oligozoospermia (baja concentración de espermatozoides inferior a 20millones/ml, cantidad considerada normal por la OMS): el 17 % de los varones. Presentan astenozoospermia (baja proporción de espermatozoides móviles, inferior al 50%) el 62,3 % de los varones.

La edad del varón no afectó de forma significativa los parámetros clásicos del seminograma: recuento, movilidad y morfología

Los varones que buscan un embarazo eyaculan menos
El sentimiento de ‘tarea’ bloquea el deseo masculino y la mujer orienta las relaciones sexuales casi exclusivamente a los días fértiles

Cuantas más eyaculaciones, mejor calidad de semen
La calidad del semen es significativamente mejor en varones con mayor número de eyaculaciones y mejora en proporción directa a una mayor frecuencia. Es un buen estímulo para la formación de espermatozoides en los testículos o ‘espermatogénesis’: Cuantas más mejor.

Los problemas de descenso testicular afectan a la fertilidad
La alteración testicular más frecuente encontrada entre los voluntarios es la anomalía en el descenso testicular o criptorquidia (testículos sin descender a las bolsas escrotales) que presentan el 10,1% de los voluntarios y que comporta peor fertilidad.

El consumo moderado de alcohol no afecta la calidad del semen, pero su consumo elevado la perjudica.
El consumo elevado y habitual de alcohol (más de 3 copas de licores/día) reduce la concentración y a la movilidad de los espermatozoides.

Los fumadores no presentan peor semen que los no fumadores
El 24% de los encuestados se declararon fumadores y de ellos, la tercera parte reconoció fumar más de 10 cigarrillos/día. Sin embargo, al evaluar los seminogramas se vió que los fumadores no presentaron ninguna diferencia respecto a los no fumadores.

No obstante, al margen de estos resultados hay que destacar que existen múltiples trabajos científicos (Zitzmann y cols.) que demuestran que algunas sustancias que contiene el tabaco, (como el benzopireno, la cotidina y los pesticidas con los que se fumigan las hojas del las plantas) reducen la fertilidad.

El consumo de drogas no comporta aparentemente peor calidad de semen
El 12,5% de los voluntarios declararon consumir habitualmente drogas, un 1% cocaína y el resto cannabis.
Este dato, que no deja de ser sorprendente, puede explicarse porque estas drogas inducen una activación de la función espermática y de los espermatozoides, aunque en última instancia disminuyen la capacidad fecundante de los mismos, puesto que los espermatozoides, en su camino hacia el óvulo, agotan su energía y por tanto su capacidad de fecundación disminuye. Además hay que tener en cuenta que este colectivo presenta un mayor número de eyaculaciones, con una media semanal de 4, 1 frente a la de los que no se drogan, y que la eyaculación es un importante estímulo para la formación de espermatozoides.

Trabajar en contacto con tóxicos reduce el número de espermatozoides
El 8, 8 % de los varones estudiados declararon trabajar en contacto con productos o sustancias tóxicas entre los que figuraron como más frecuentes los disolventes orgánicos, fenoles, insecticidas, tintes, etc.

Resultados del seminograma medio y comparación según criterio OMS

Trabajar en contacto con tóxicos reduce el número de espermatozoides.

Comparación con otras provincias españolas

Las variaciones geográficas en la calidad del semen en varones con hábitos de vida similares (nivel socioeconómico parecido, misma raza, etc.) podrían deberse a diferencias en la exposición ambiental, alimentaria y ocupacional a productos químicos tóxicos. Concretamente, una de las posibles causas de la disminución de la fertilidad masculina podría ser la exposición a productos químicos ambientales que actúan como ‘disruptores estrogénicos’, un tema todavía poco estudiado en cuanto a sus repercusiones en la fertilidad humana y que sin duda merecería un esfuerzo de investigación suficientemente capaz de clarificar y medir sus consecuencias en la misma.