Cáncer de vulva y cáncer de vagina

El cáncer de vulva es poco frecuente y representa el 1% de todos los tumores malignos de la mujer y el 8% de los cánceres ginecológicos, aunque en las últimas décadas, se ha visto un incremento en su frecuencia, fundamentalmente porque es un cáncer que aparece en edades avanzadas y al aumentar la expectativa de vida, su incidencia ha aumentado.

También se ha visto un incremento en la aparición de este tumor en mujeres jóvenes, pero en este caso está relacionado con el Virus del Papiloma Humano (HPV). Por el contrario, el cáncer que afecta a mujeres mayores no está causado por el virus, sino que está relacionado con trastornos epiteliales tipo Liquen esclerosos o hiperplasia de células escamosas.

El síntoma más habitual es un nódulo o una ulceración generalmente asociado a prurito (picor) y, a veces, dolor y sangrado.

El tratamiento ha cambiado sustancialmente, dejando la cirugía radical , con mucha mortabilidad, para los estadios mas avanzados (Estadio II y mayor de 3 cm).

En los estadios iniciales puede ser suficiente con escisiones locales amplias, aunque dependiendo de la localización de la lesión puede ser necesario practicar una hemivulvectomía (extirpación de la mitad de la vulva) con extirpación de ganglios homolaterales o una vulvectomía radical con extirpación de ganglios bilaterales.

En los estadios muy iniciales se puede realizar la técnica del ganglio centinela que está en fase de validación en estadios más avanzados, pero los estudios de los que disponemos han demostrado que tiene un valor predictivo negativo cercano al 100%, lo que la hace muy válida para descartar metástasis en otros ganglios de la misma ingle, si el ganglio centinela es negativo. También está en estudio el significado de las micrometástasis en el ganglio centinela.

El cáncer de vagina es un tumor raro que representa el 1-2% del total de cánceres ginecológicos. La etiología del carcinoma de vagina es desconocida aunque se ha podido demostrar de forma clara la relación con el HPV en el caso del cáncer escamoso y el de la ingesta materna de Dietilestibestrol durante la gestación, en el adenocarcinoma de células claras.

La irradiación previa es un factor de riesgo. Hasta un 14% de las pacientes con cáncer de vagina tenían antecedentes de irradiación por otros motivos.

Se ha relacionado también el cáncer de vagina con la utilización de pesarios, pero no existe evidencia alguna de que el efecto traumático del pesario sea oncogénino.

La mayoría de los cánceres de vagina aparecen sobre los 70-80 años y los síntomas más frecuentes son el sangrado, el flujo maloliente, la aparición de un nódulo y el dolor, en estadios más avanzados.

El tratamiento ha de ser individualizado, aunque generalmente el de elección es la radioterapia (78% de los casos). Otras posibilidades son la cirugía, la vaporización con láser, el asa diatérmica y la pomada de 5-Fluoracilo, en estadios muy iniciales.