Consiste en realizar una pequeña incisión de aproximadamente un centímetro en la raíz de las bolsas del testículo para extraer una pequeña muestra de tejido testicular. Las diferentes capas del testículo, así como la piel, son suturadas con puntos reabsorbibles (se caen solos sin precisar ser extraídos). Finalizada la intervención, de una duración aproximada de unos 15 minutos, el paciente puede regresar a su domicilio. En ocasiones pueden presentarse molestias durante el postoperatorio, que ceden habitualmente con la administración local de hielo y con analgésicos.
¿Cuando se realiza?
La biopsia testicular tiene una finalidad diagnóstica cuando se realiza para valorar la función testicular en cuanto a la producción de espermatozoides, o bien para evaluar las alteraciones cromosómicas que afectan a las células germinales precursoras de los espermatozoides o bien en casos de azoospermia para comprobar la existencia de espermatozoides en el testículo, que serán congelados para su posterior utilización en técnicas de FIV con ICSI.
La biopsia testicular también puede tener una finalidad terapéutica cuando se realiza de forma sincrónica con la FIV para recuperar espermatozoides con los que fecundar los óvulos, en este caso se denomina TESE (Testicular Sperm Extraction).