Antes que nada ¡GRACIAS! por la cálida bienvenida, la cortesía, la amabilidad, la atención, el profesionalismo y el cuidado con los que nos habéis acogido.
Todo ha ido muy bien. El nuevo centro es precioso y nos hemos sentido como en casa.
El momento de la transferencia, a pesar de ser ya la segunda, fue muy conmovedor y emocionante.
Ahora estamos esperando y la cuenta atrás nos pone un poco nerviosos, pero, en la medida de lo posible, tratamos de no pensar en ello y cruzamos los dedos.
En nuestro corazón, estamos listos para darte pronto buenas noticias, si el cielo así lo quiere…