Tenía 40 años cuando mi pequeña niña nació. Fue concebida con vuestra ayuda y os estaré eternamente agradecida. Desde que tengo memoria, he soñado con tener niños y una familia. Durante un tiempo tuve la esperanza de conocer a alguien con quien compartir mi sueño. Los años fueron pasando, pero la persona nunca apareció. El tiempo pasó demasiado rápido… la idea de estar sola toda mi vida era horrible, pero la idea de no tener hijos era mucho peor. Con 39 años decidí tener un hijo por mi cuenta. Empecé con una inseminación artificial en Copenhague, Dinamarca. Tuve tres intentos fallidos antes de que me diagnosticaran un fallo ovárico prematuro. Mis opciones eran: seguir con inseminaciones y esperar que el 1-5% de posibilidades que tenía de ser madre se hiciesen realidad. Otra opción era adoptar, pero como soltera, mis posibilidades eran pocas. También cabía la opción de recurrir a una doble donación, óvulos y semen, lo cual no está permitido en Dinamarca ni en otros muchos países cuando eres soltera. Por último, me quedaba aceptar que nunca iba a ser madre, algo que realmente no estaba dispuesta a asumir. Entonces encontré Instituto Marquès a través de google y les contacté por mail. Eso fue a mediados de noviembre de 2010. Al días siguiente me respondieron y fijamos una visita para la semana siguiente. En enero de 2011 me transfirieron dos embriones de primera. Dos semanas después mi test de embarazo fue positivo. Fue uno de los momentos más felices de toda mi vida. Todo el personal de IM, asistentes y doctores, todos, fueron de gran apoyo y muy amables. El proceso fue muy sencillo y fluido. Mi hija nació en octubre de 2011 y ahora ya tiene casi dos años. Mi sueño se hizo realidad y estaré siempre agradecida a todos aquellos que me ayudaron e intervinieron en el proceso.