Quizás demasiado tarde o quizás demasiado pronto. Ahora que te veo después de un año, todo parece ser tan fácil… Nuestro sueño cumplido: ¡los tres juntos al fin! Pero tu llegada fue muy dura y muy larga; muchos llantos, muchas visitas a médicos de los que decían no pasar nada de nada… Desilusiones, hormonas, dinero, etc, etc… Parecía que nunca pudiese ser tu mamá y que tú no quisieses venir con nosotros… El mundo se me venía abajo cada vez que tenía otro negativo, pero gracias a Dios, a los grandes médicos, biólogos, etc., y gracias a la «tita» que nos llevó hasta la clínica, ya que ella trabaja aquí, ¡te tenemos con nosotros!
Sólo puedo retener en mi mente el mejor momento de mi vida junto a tu papi leyendo el Predictor que nos marcaba tu llegada y el momento en que te vi por primera vez supe que serías la razón de mi existencia, y no sé si es amor de madre, amor de la lucha y el esfuerzo por el que pasamos hasta llegar a ti, pero sé que eres la razón de mi existencia y que todo valió la pena.
Quiero animar a todas las personas a que luchen por su sueño y no pierdan la esperanza tan maravillosa de ser madre. Siempre hay que pensar en positivo, y saber que lo vais a lograr es lo que más ayuda, y sobretodo estar unidos aunque las fuerzas decaigan muchas veces. ¡Gracias a todos!