La cirugía del cáncer de mama

¿Es la cirugía el primer tratamiento en cáncer de mama?

En la mayoría de los casos, la cirugía es el primer tratamiento que recibe la paciente diagnosticada de cáncer de mama, con el objetivo de extirpar la enfermedad a nivel local. En algunos casos, la cirugía se pospone entre 4 y 6 meses de cara a iniciar tratamiento con quimioterapia u hormonoterapia; la reducción del tamaño del tumor bajo estos tratamientos nos permitirá a posteriori conservar la mama en el momento de la cirugía.

¿Qué es la mastectomía?

Es la extirpación quirúrgica de toda la glándula mamaria con parte de la piel, la areola y el pezón. Este tipo de cirugía solamente se realiza cuando es imprescindible para la curación. En muchas ocasiones es suficiente la extirpación del área afectada por el tumor. Es una intervención que supone una mutilación emocionalmente dolorosa. Requiere apoyo psicológico por parte del equipo médico, de la propia familia y en muchos casos deben apoyar a la paciente especialistas en psicología clínica.

¿Siempre es preciso realizar mastectomía?

No siempre: es posible conservar la mama en más de un 70% de las pacientes. Dependiendo de las características del tumor y de la mama de la paciente se puede realizar un tratamiento conservador. El tratamiento conservador (Tumorectomía, Segmentectomía o Cuadrantectomía) consiste en extirpar el tumor y los tejidos adyacentes, conservando la mayor parte de la glándula mamaria. Esto sólo es posible mientras no comporte un mayor riesgo para la paciente.

En la mayoría de los casos, el tratamiento conservador implica aplicar radioterapia sobre la mama operada para destruir células cancerosas que puedan haber quedado en la zona.

¿Qué son los ganglios linfáticos y la linfadenectomía?

El sistema linfático es una serie de conductos parecidos a los vasos sanguíneos. Posibilitan que las sustancias nutritivas y las defensas lleguen a las diferentes partes del cuerpo. Estos conductos linfáticos desembocan en unos filtros que se llaman ganglios linfáticos, cuya misión es impedir el paso de infecciones o de células tumorales. A nivel de la axila, se encuentran ganglios linfáticos que actúan como primer filtro de los vasos linfáticos de la mama.

La linfadenectomía axilar consiste en extirpar todos los ganglios linfáticos de la axila correspondiente al lateral de la mama que presenta el tumor, esta operación permite determinar si las células cancerosas han entrado en el sistema linfático.

¿Es preciso realizar siempre la linfadenectomía axilar?

No: es posible preservar los ganglios de la axila en más del 60% de los casos. Cuando se diagnostica el tumor muy precozmente todavía está limitado al interior de los conductos glactóforos mamarios, en estos casos no es preciso realizar la linfadenectomía.

Además, existe una técnica alternativa a la linfadenectomía, el estudio del ‘ganglio centinela’ que permite saber si un tumor de mama se ha extendido hacia la axila sin tener que extirpar todos los ganglios.

¿Debe hacerse rehabilitación después de la linfadenectomía?

La rehabilitación es una parte muy importante del tratamiento del cáncer de mama para ayudar a volver a la actividad normal lo antes posible, e impedir las restricciones de movimiento. La recuperación será distinta para cada mujer, dependiendo de la extensión de la enfermedad, el tratamiento recibido, y otros factores.

¿Qué cuidados hay que tener después de una cirugía de mama?

Los cuidados serán más importantes en los casos que se practique una linfadenectomía axilar; evitando esfuerzos por pesos excesivos, extracciones de sangre, desinfectando inmediatamente cualquier herida y utilizando repelentes de insectos en el campo y cremas solares en verano.

¿Es necesario hacer un seguimiento?

Sí. Una vez finalizado el tratamiento del cáncer de mama, es importante realizar exploraciones periódicas de seguimiento. El ginecólogo y el oncólogo seguirán controlando a la mujer. Los controles periódicos generalmente incluyen exploraciones del tórax, axila y cuello; así como mamografía, ecografía de mama, analítica de sangre de marcadores tumorales, radiografía de tórax, gammagrafía ósea y otras pruebas.